DAVID AUSUBEL
Nació en Nueva York en el seno de una familia de inmigrantes judíos de Europa Central. Cursó estudios en la Universidad de Nueva York. Ausubel, es el creador de la teoría del aprendizaje significativo, que responde a una concepción cognitiva del aprendizaje. En el año 1963 publicó Psicología del aprendizaje significativo verbal y en 1968 Psicología educativa: un punto de vista cognoscitivo (México: Trillas, 1976). Entre otras publicaciones destacadas aparecen los artículos en: El Journal of Educational Psychology (1960, sobre los "organizadores previos"); En la revista Psychology in the Schools (1969, sobre la psicología de la educación) En la Review of Educational Research (1978, en defensa de los "organizadores previos"). Autor, junto con Edmund V. Sullivan, de El desarrollo infantil.
Infancia temprana (0-2 años)
Tipo de aprendizaje: Ausubel no se enfocó en esta etapa, pero reconocería que aquí se da un aprendizaje de tipo sensorial y motor.
Cognición: Se forman los primeros esquemas mentales a través de la experiencia directa.
Importancia: Se establece la base para adquirir lenguaje, atención y memoria.
Preescolar (3-5 años)
Tipo de aprendizaje: Aprendizaje receptivo (el niño recibe información sin necesariamente comprenderla a fondo).
Cognición: Comienza la formación de conceptos simples, aunque todavía sin una organización lógica completa.
Rol del lenguaje: Es fundamental para comenzar a nombrar y categorizar objetos y experiencias.
Niñez intermedia (6-9 años)
Tipo de aprendizaje: Aquí puede comenzar el aprendizaje significativo si el contenido escolar se vincula con lo que el niño ya sabe.
Cognición: El niño empieza a organizar jerárquicamente conceptos y a usar organizadores previos si se le enseñan bien.
Importancia: El aprendizaje no debe ser memorístico; debe conectarse con conocimientos previos relevantes.
Niñez tardía (10-12 años)
Tipo de aprendizaje: Mayor capacidad para asimilar conceptos abstractos de forma significativa.
Cognición: Se afianzan las estructuras mentales. El alumno puede relacionar conceptos subordinados y superordenados.
Enseñanza recomendada: Uso de mapas conceptuales, resúmenes y ejemplos contextualizados.
Adolescencia (13-18 años)
Tipo de aprendizaje: Máxima capacidad para el aprendizaje significativo.
Cognición: El estudiante puede pensar de forma lógica, abstracta y utilizar conocimientos previos para aprender nuevos contenidos complejos.
Importancia de la motivación: El aprendizaje significativo solo ocurre si el estudiante quiere aprender y si la información es potencialmente significativa.
Teniendo en cuenta los conceptos relacionados anteriormente ejemplificamos los siguientes ejemplos:
Ejemplo: Aprendizaje significativo en una clase de biología
En secundaria, recuerdo una clase en la que el profesor nos iba a enseñar sobre el sistema circulatorio. En lugar de lanzarse directamente con términos técnicos como "aurícula", "ventrículo" o "vasos capilares", empezó con un organizador previo, preguntando:
“¿Qué creen ustedes que pasa con la sangre cuando hacemos ejercicio?”
Ese organizador previo activó nuestros conocimientos previos, porque muchos habíamos sentido el corazón latiendo más rápido al correr o jugar fútbol. Así, cuando el profesor explicó el funcionamiento del corazón y la circulación, pudimos relacionarlo con lo que ya sabíamos.
Más adelante, al estudiar el sistema respiratorio, usamos lo aprendido sobre el sistema circulatorio como base, entendiendo cómo ambos sistemas trabajan juntos. Esto permitió una integración significativa de los nuevos contenidos, no solo una memorización temporal.
Contraste con aprendizaje mecánico (por Ausubel)
En contraste, recuerdo cuando en otra clase nos dieron una lista de términos anatómicos para memorizar sin contexto. Esa información se me olvidó rápidamente porque no se conectó con conocimientos previos, y por lo tanto fue un aprendizaje mecánico, no significativo.
Desafíos:
Durante la infancia y adolescencia, los desafíos del aprendizaje cambian según la madurez cognitiva:
0 a 2 años: El aprendizaje se da a través de los sentidos y el movimiento. Es crucial para sentar las bases del lenguaje, la atención y la memoria.
3 a 5 años: Los niños reciben información sin comprenderla por completo. El reto está en comenzar a construir conceptos simples a través del juego y el lenguaje.
6 a 9 años: Se requiere conectar lo aprendido con experiencias previas. El desafío es evitar la memorización y favorecer la comprensión.
10 a 12 años: Los niños ya pueden organizar ideas y comprender conceptos más abstractos. El reto está en ayudarlos a estructurar lo que aprenden.
13 a 18 años: Hay capacidad para el pensamiento lógico y crítico. El mayor desafío es despertar su interés, ya que sin motivación no hay aprendizaje real.
Comprender estas etapas permite adaptar la enseñanza para que cada niño y adolescente aprenda de forma activa, conectada y significativa.
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